Impacto económico en Pinamar: caída en la ocupación turística y sus repercusiones
De acuerdo con un estudio de demanda en Pinamar, realizado por el Instituto de Economía (INECO) de UADE, la ocupación hotelera y de propiedades durante la temporada de verano cayó un 14,6% en 2024 respecto al pasado año.
La caída en la ocupación se debió principalmente a la baja de los salarios (13%, medido en dólares) y al aumento de los precios de alojamiento (30% en alquileres de hoteles, casas y departamentos).
Al ser una ciudad que tiene como su principal actividad al turismo, su economía depende, en gran parte, de lo que pase con la temporada de verano. Este estudio proyectó una caída de la actividad económica en Pinamar entre un 8% y un 12%. En términos monetarios, hablamos de una cifra cercana a los 48 millones de dólares.
Las principales actividades que se vieron perjudicadas por este fenómeno fueron “Restaurants y Hoteles”, “Comercio” y “Actividades Inmobiliarias y Empresariales”, las cuales están relacionadas significativamente con el turismo y representan el 55% de la economía de la ciudad.
Además, estas 3 actividades en conjunto son las que generan la mayor cantidad de puestos de trabajo para los habitantes de Pinamar, lo que indica que el empleo en la ciudad se vio afectado, en especial para aquellos que aprovechan la temporada como fuente de ingresos.
Según los resultados de este mismo estudio, a la hora de definirlo (o no) como destino turístico, pesaron más los aumentos en los precios de los alquileres en los alojamientos y la caída en sus ingresos que otros factores. Cuando los ingresos de los hogares vienen en declive, la sensación de poder adquisitivo es menor y, por lo tanto, las familias no están dispuestas a pagar tanto, lo que podría motivar la elección de otros destinos como Brasil, Uruguay, Estados Unidos, entre las alternativas que eligen los argentinos.
Contextualizando aún más, la situación económica de las elecciones nacionales de finales de 2023 generó un panorama de incertidumbre sobre la temporada de verano. Los precios no tenían una referencia clara, por lo que mucho de los costos de alojamiento, tanto de hoteles como de casas y departamentos, aumentaron más de lo que estaban dispuestos a pagar quienes tenían pensado vacacionar. Este fenómeno generó, en un principio, que la temporada comenzara, en ocupación, muy por debajo de lo que se esperaba. Los aumentos en los precios de los alquileres en los meses previos fueron desmedidos, lo que terminó postergando la decisión de vacacionar de muchas familias.
De esta manera, el resultado final de la temporada refleja distintas situaciones. Hubo propietarios que lograron alquilar inicialmente al precio que habían pedido y que a título individual resultaron ganadores; otros efectuaron las rebajas y lograron evitar el costo de tener la propiedad vacía; y finalmente, un grupo que no logro alquilar y que terminó siendo el perdedor. Pero la gran perdedora del verano 2024 fue la comunidad de Pinamar en su conjunto con la caída de la actividad económica señalada anteriormente.
El Observatorio Turístico de Pinamar, proyecto de investigación a cargo del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales (INSOD) de UADE, ha realizado, como cada verano, una encuesta dentro de la cabecera del partido homónimo con el objetivo de conocer mejor los perfiles y gustos de los turistas. Los resultados de la corriente temporada advierten que aquellos que solían vacacionar en Pinamar se han tenido que amoldar al valor de sus ingresos, lo que repercutió en el recorte de varios aspectos tradicionales de los veraneos en la Costa Atlántica. Dentro de estos ajustes se encuentran la mayor propensión a alquilar directamente por dueño directo y no por intermediarios como inmobiliarias.
Las condiciones económicas que vive el país han influido sobre hábitos de consumo en las vacaciones de verano de los argentinos. Los días de estadía se han acortado considerablemente, y familias que antes viajaban por una o dos semanas hoy eligen hacerlo por un fin de semana o esperan algún otro con feriado/s incluido/s. Además, la mayoría de los encuestados revelaron que habían fijado un presupuesto de gasto para sus vacaciones con anterioridad al momento de realizar el viaje. Como consecuencia de este último cambio de hábito, se han dejado de realizar salidas a comer en restaurants y consumos cotidianos del día de playa como churros, choclos y compras a vendedores ambulantes y el gasto destinado a recreación familiar.