Regresaron al mar a una tortuga tras un mes de rehabilitación
Una tortuga cabezona (Caretta caretta) regresó al mar la semana pasada luego de atravesar un proceso de rehabilitación de casi un mes en la Fundación Mundo Marino.
El animal había sido rescatado el pasado 5 de noviembre por un pescador artesanal que encontró al reptil atrapado cuando levantó sus redes de pesca en aguas de la Bahía Samborombón. Hace varios años que la Fundación Mundo Marino hace un trabajo de concientización con los pescadores artesanales sobre cómo actuar y brindar primeros auxilios a estos animales en caso de quedar atrapados en redes, un fenómeno conocido como “pesca incidental”.
“Creemos que el animal pasó poco tiempo atrapado en la red porque ingresó con buena actitud. Siempre que ingresan por haber quedado atrapados en redes, es importante el tiempo de observación por si presentan algún síntoma de ahogamiento, dado que poseen respiración pulmonar. Pero no fue el caso de esta tortuga. Lo que sí nos llamó la atención es que luego de unos días en nuestro centro de rescate, empezó a expulsar distintos tipos de plásticos junto a su materia fecal, una problemática que suele afectar a estos animales, al confundir su alimento con la basura que hay en el mar”, explicó Juana Caferri, médica veterinaria de la Fundación Mundo Marino.
Como parte del protocolo de diagnóstico, se le tomó una muestra de sangre que arrojó parámetros normales y se realizó una ecografía y una radiografía para evaluar su tracto digestivo y pulmones, tanto a su ingreso al centro de rescate, como previo a su reinserción: “A través de las imágenes corroboramos que el animal haya terminado de expulsar cualquier tipo de elemento extraño de su aparato digestivo. Sumado a que tenía una buena actitud comportamental, alimenticia y una buena natación, decidimos que era el momento para darle el alta médico veterinaria”, agregó Juana Caferri.
Respecto a los efectos que el plástico puede generar en estos reptiles, Karina Álvarez, responsable de Conservación de la Fundación Mundo Marino, sostiene: “La acumulación de plástico en el interior del tracto digestivo puede generar una gran cantidad de gas que actúa como “flotador”. El animal no puede hacer inmersión y ve afectada su capacidad de buceo y migración hacia aguas más aptas. Además, la acumulación de elementos extraños puede generar una sensación de “falsa saciedad” que altere sus niveles nutricionales. De cara a la temporada de verano es importante que seamos responsables con los residuos que generemos en las playas”.